Lo que pasa es que cuando muevo la cadera me siento libre, como que nada puede detenerme.
El problema es mover la cadera en vos, todo cambia y todo se siente y ya no me muevo sola y ya no soy libre... Pero es como una droga. Tan fuerte y adictiva. El sentir que somos uno. Y pensarte al escribir y tener tu mano y tu cuerpo y tenerte a vos.
Lo mejor es cuando me ves, mover la cadera, la cabeza y todo lo que tengo. Entonces somos uno pero soy yo, y sos vos. Y mi ser es tuyo pero sigo siendo yo.
Cuando te amo, somos uno pero seguimos siendo dos.
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